La Edad Media comienza con un acontecimiento histórico, la caída del Imperio Romano, que en el siglo V. da fin a la Edad Antigua, y finaliza en el año 1453, con la toma de Constatinopla por los turcos.
El Imperio de Occidente declinó debido a la disminución de su población, su vitalidad económica y por el tamaño y la importancia de sus ciudades, siendo afectado también por una masiva migración de pueblos que ya había comenzado en el siglo III.
Estos nuevos pueblos, llamados bárbaros, formaron nuevos reinos que fueron testigos de la fusión gradual de las tradiciones políticas y culturales de bárbaros, cristianos y romanos.
El reino de más larga duración, el de los francos, fue la base de los estados europeos posteriores. Carlomagno, el gobernante más destacado de la Edad Media, surgió de este reino.
En la Edad Media, el saber filosófico tiene como fundamento al dogma, la verdad revelada por la fe.
En la primera etapa de la edad media, siglo V., el teólogo cristiano, Agustín de Hipona, (354-430), quien en su juventud había adoptado el Maniqueísmo; se convirtió al cristianismo bajo la influencia de San Ambrosio, siendo nombrado posteriormente obispo de Hipona, cargo que desempeñó hasta su muerte.
Su trabajo literario entre los que se destacan “Las confesiones”, meditación autobiográfica sobre la gracia de Dios, “La ciudad de Dios”, tratado sobre la naturalezade la sociedad humana y el lugar del cristianismo en la historia, y sus sermones y cartas, revelan la influencia del neolatonismo y mantienen un debate con los defensores del maniqueísmo.